La palabra “Trinidad” ciertamente no aparece en la Biblia, sin embargo, la verdad que conlleva esta palabra llena las páginas de las Escrituras. Como dice este himno: “Dios en tres personas, bendita Trinidad”.
Cada estrofa de este himno comienza con las palabras: “Santo, santo, santo”, haciendo referencia a la visión del profeta Isaías, descrita en el capítulo 6, donde contempla a Jehová sentado en su trono de gloria. Los serafines daban el uno al otro voces, diciendo: “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria” (Isaías 6:3). Un cántico semejante lo vemos en Apocalipsis 4: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”.
Este himno fue escrito por Reginald Heber, quien nació en Inglaterra el 21 de abril de 1783, dentro de una familia prestigiosa y adinerada. Reginald recibió una buena educación en la Universidad de Oxford donde se destacó por su extraordinaria capacidad literaria. Durante dieciséis años vivió en el pueblo de Hodnet, al oeste de Inglaterra, donde escribió la mayoría de sus himnos. Durante sus tiempos los cantos en las iglesias eran tomados solamente del libro de los salmos, mas no presentaban verdades del Nuevo Testamento. Reginald se unió a los esfuerzos de hombres como Isaac Watts, Charles Wesley, John Newton y William Cowper para enriquecer el canto congregacional.
Quizás la misma convicción que movió a Isaías después de contemplar la gloria de Jehová y responder al llamado: “Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:8), movió a Reginald para compartir el evangelio en la India, donde trabajó arduamente por tres años. La constante actividad afectó grandemente su salud. Un domingo en la mañana, después de su predicación, Reginald Heber abandonó esta escena terrenal para unirse al canto celestial del cual había escrito en este himno. Falleció a la edad de 43 años.
Cincuenta y siete de sus himnos fueron publicados por su esposa un año antes de su muerte y otros himnos fueron añadidos más adelante. Además del himno Santo, santo, santo Reginald Heber también escribió la letra original del himno “De heladas cordilleras y playas de coral” y "Astro el más bello en la regia cohorte".
Fuente:
101 Hymn stories, por Kenneth Osbeck
Be still my soul: The inspiring stories behind 175 of the Most-Loved Hymns, por Randy Petersen
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Espectacular