Tengo un Pastor divino
Historia del autor: Vicente Mendoza
1. Tengo un Pastor divino,
nada me faltará;
a delicados pastos
siempre me llevará.
Confortará mi alma,
y guiado me veré
por senda de justicia
en que por Él iré.
2. Aunque camine en valle
de sombra y de dolor,
del valle de la muerte
nunca tendré temor.
Con su presencia santa
sombra y dolor se irán;
su vara y su cayado
aliento me darán.
3. ¡Oh Dios! en la presencia
del que me da aflicción,
mesa pondrá surtida
de rica provisión.
En mi cabeza el óleo
santo pusiste Tú,
y de tu bien mi copa
rebosa plenitud.
4. De tu misericordia
y de tu inmenso bien
al obtenerlos siempre
recibiré sostén.
Y en la morada augusta
de mi Señor y Dios
al descansar, ferviente
te alabará mi voz.
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