Nuestra fortaleza, nuestra protección

 

1. Nuestra fortaleza, nuestra protección,
nuestro fiel socorro, nuestro paladión,
nuestro gran refugio, nuestra salvación
es el Dios que adora nuestro corazón.

Nuestra fortaleza, nuestra protección,
es el Dios que adora nuestro corazón.

2. Que la tierra toda cambien de lugar,
y lo montes rueden por el ancho mar;
nuestra fortaleza firme habrá de estar,
porque lo inmutable no podrá mudar.

3. A la voz tan sólo de su voluntad
túrbanse los mares en su majestad;
tiembla la montaña, todo es vanidad,
al vibrar su acento por la inmensidad.

4. Que otros en sus fuerzas quieran descansar,
o en las que el mundo les prometa dar;
nunca todas ellas se han de comparar
con la que pudimos en el cielo hallar.

 

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