No soy rescatado con oro
1. No soy rescatado con oro o con plata;
no vale dinero en los ojos de Dios.
La sangre preciosa de Cristo fue el precio
de mi redención de la condenación.
Yo nada soy, y nada tengo;
en tu amor pensaste en mí.
Moriste Tú por mis pecados,
¡oh Señor! confío en Ti.
2. No soy rescatado con oro o con plata;
el oro no compra la gracia de Dios.
Si fuera por oro sería un negocio,
mas Cristo por todos su sangre vertió.
3. No soy rescatado con oro o con plata.
Pensando en mis culpas tenía temor,
y al ver que la sangre borró mis pecados,
huyeron las dudas de mi corazón.
4. Cristo vive y nos guiará,
no nos desampara.
Con su Iglesia quedará
hasta al fin llevarla
para ver su hermosa faz
y gozar de eterna paz.
Rafael Reverol –
hermoso Himno