En el seno de mi alma una dulce quietud

Órgano

Historia del traductor: Vicente Mendoza

 

1. En el seno de mi alma una dulce quietud
se difunde embargando mi ser,
una calma infinita que sólo podrán
los amados de Dios comprender.

¡Paz! ¡Paz! Cuán dulce paz
es aquella que el Padre me da,
yo le ruego que inunde por siempre mi ser,
en sus ondas de amor celestial.

2. Qué tesoro yo tengo en la paz que me dio
y en el fondo del alma ha de estar,
tan segura que nadie quitarla podrá
mientras miro los años pasar.

3. Esta paz inefable consuelo me da
descansando tan sólo en Jesús,
y ningunos peligros mi vida tendrá
si me siento inundado en su luz.

4. Sin cesar yo medito en aquella ciudad
do al Autor de la paz he de ver,
y en que el himno más dulce que habré de cantar
de su paz nada más ha de ser:

 

Alma triste que en rudo conflicto te ves,
sola y débil tu senda al seguir,
haz de Cristo el Amigo que siempre fiel es
y su paz tú podrás recibir.

 

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