Cuán dulce en los oídos

Historia del compositor: James McGranahan

 

1. ¡Cuán dulce en los oídos
del triste pecador
la voz de Cristo suena,
su amante Salvador!
«Ven, alma trabajada
de penas y dolor;
descarga en mí tus culpas,
tu angustia y tu temor».

Ven, sí, ven a mí. Ven, sí, ven a mí.
Alma atribulada,   ven, sí, ven a mí.
Ven, sí, ven a mí. Ven, sí, ven a mí.
Alma atribulada,   ven, sí, ven a mí.

2. ¿Deseas un amigo
eternamente fiel,
sostén en tus flaquezas,
autor de todo bien?
Acude, pues, a Cristo,
y en Él encontrarás
perdón, descanso y gozo,
amor y dulce paz.

3. Sí, Cristo es el camino,
la vida y la verdad,
el solo sacrificio
que expía la maldad;
el solo sacerdote,
el solo mediador.
Cristo, sí, sólo Cristo
es nuestro Salvador.

 

Audio: MIDI, MP3