A la luz, a la luz
¡A la luz, a la luz,
al encuentro de Jesús!
¡Cuánto mi alma le desea!
¡Oh, qué gozo cuando vea
quien por mí sufrió en la cruz!
Pronto haz, pronto haz,
Cristo, Príncipe de paz,
que con todos los salvados,
por tu sangre rescatados,
yo contemple allí tu faz.
¡Dulce son, dulce son
de los ángeles canción!
Si las alas yo tuviera
volaría a aquella esfera,
a los montes de Sion.
¡Qué será, qué será,
cuando al cielo entre ya!
do las calles brillan de oro,
me reciba el santo coro.
¡Cuánto gozo espera allá!
¡Sumo bien, sumo bien,
celestial Jerusalén!
Fuentes, árboles de vida,
arpas, dad la bienvenida;
llévanos, Dios, a tu Edén.
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