Historia del himno Tal como soy sin más decir

La pregunta hizo que Carlota se enojara muchísimo, y no estaba dispuesta a contestarla. ¿Por qué se había enojado tanto? El predicador Cesar Malan solamente estaba mostrando interés sincero por la salvación de Carlota y le había preguntado: “Carlota, ¿ya tienes paz con Dios?” Ella no podía concebir todavía que Dios pudiera amarla, especialmente tomando en cuenta lo que ella estaba viviendo en ese momento.

Carlota Elliot (Charlotte Elliot) nació el 18 de marzo de 1789 en Brighton, Inglaterra, en el seno de una respetada familia cristiana. A pesar de tener conocimiento sobre la Biblia desde temprana edad, en sus años de juventud su interés estaba dirigido hacia el arte y la poesía humorística. Su talento le daba popularidad en los círculos sociales seculares, algo que ella disfrutaba, hasta que en 1821 una enfermedad cambió completamente el curso de su vida. Por un tiempo su frustración le llevó a cuestionar a Dios y a tener resentimiento en su corazón hacia Dios por lo que le había pasado.

¡Cuántos no están buscando satisfacer su alma con los placeres de este mundo y cuando son despojados de ellos se quedan sin nada! El pecado es engañoso, mostrándose atractivo e inofensivo al principio, pero al final trae muerte y dolor. Una vez se acaba el placer queda la culpa y el vacío en el corazón del ser humano, y el ciclo se repite vez tras vez a lo largo de la vida. La advertencia en la Palabra de Dios es para que “ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (Hebreos 3:13). No es Dios quien ha traído la miseria a su vida sino el pecado con sus consecuencias y engaño.

Carlota Elliot

Carlota tenía el corazón duro hacia Dios y eso fue lo que le hizo reaccionar de esa manera cuando el evangelista le hizo la pregunta: “Carlota, ¿ya tienes la paz con Dios?” Ese fue el final de la conversación con el evangelista aquel día, sin embargo, Dios estaba obrando en el corazón de Carlota para hacerle reflexionar sobre su propia vida y su necesidad de la salvación. Dios puede utilizar incluso circunstancias adversas para el beneficio eterno de una persona.

En los siguientes días Carlota estaba pensativa sobre su necesidad de la salvación y la pregunta que el Sr. Malan le había hecho. Tanto era su interés y preocupación que la siguiente vez que vio al evangelista se disculpó por la forma que le había tratado y deseando saber cómo podía tener esa paz con Dios. Ella pensaba que había ciertas cosas que ella necesitaba acomodar en su vida para que Dios la aceptara, pero la respuesta del Sr. Malan fue:

“Debes venir tal como eres, como una pecadora, al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.

Sin prerrequisitos ni condiciones eso fue lo que Carlota hizo aquel día, vino a Cristo ‘tal como era’ gozando así de la paz con Dios. Catorce años más tarde escribió las palabras del himno que relatan su propia experiencia:

Tal como soy, sin más decir, 
que a otro yo no puedo ir, 
y Tú me invitas a venir, 
bendito Cristo, vengo a Ti.

Tal como soy, sin demorar, 
del mal queriéndome librar; 
me puedes sólo Tú salvar, 
bendito Cristo, vengo a Ti.

Dios no establece condiciones para ser salvo. Así lo expresa Romanos 5:8, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. No está diciendo que Cristo murió por los que “eran pecadores” ni tampoco por los que “habían mejorado su vida”. Siendo aún pecadores. En esa condición oscura y sin esperanza Cristo puede salvar. Su invitación no hace distinción de personas: “al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).

Tal como soy, en aflicción, 
expuesto a muerte, perdición, 
buscando vida, paz, perdón, 
bendito Cristo, vengo a Ti.

Carlota Elliot escribió 150 himnos, pero Tal como Soy es el himno más conocido y uno de los himnos más utilizados por Dios para llevar almas a la salvación por la fe en Cristo.

En relación a este himno, su mismo hermano dijo: “En el curso de mi ministerio, espero que se me permita ver algo  del fruto de mis labores; pero presiento que mucho más ha sido hecho por un solo himno escrito por mi hermana”.

Carlota pasó a la presencia del Señor el 22 de septiembre de 1871, a la edad de 82 años. Después de su muerte, en su casa se encontraron más de 1000 cartas de personas agradeciéndole por el himno que había escrito. Hoy son muchos más los que han llegado a los pies del Salvador al cantar:

Tal como soy, tu grande amor 
me vence, y con grato ardor 
servirte quiero, mi Señor; 
bendito Cristo, vengo a Ti.

Ir al himno Tal como soy, sin más decir

Fuente:
101 Hymn Stories, por Kenneth W. Osbeck
Then sings my soul, por Robert J. Morgan
The complete book of hymns, William Petersen & Ardythe Petersen
Great Women: Charlotte Elliott, por Albert Hull, www.trughandtidings.com

Comments 3

  1. buenos dias, Gracias al Señor por haber levantado hombres y mujeres como Carlota Elliot tenemos un himnario tan copleto ademas de los testimonios implicitos el Señor los bendiga.

  2. Excelente relato del nacimiento de tan Hermoso y conmovedor himno , personalmente lo he disfrutado tocandolo al piano y siempre me ministra 🙏

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