Ser de Dios los hijos caros
Historia del traductor: Thomas M. Westrup
Historia del compositor: James McGranahan
1. Ser de Dios los hijos caros,
en Jesús sublime don;
en Jesús nos mira el Padre
y nos da su bendición.
«Mirad cuán grande el amor,
cuán grande el amor
que el Padre hanos manifestado,
que hijos, hijos de Dios,
seamos por siempre llamados».
2. Llevaremos de Él la imagen
de su gracia y su poder;
darnos de su gloria parte
Él dignose prometer.
3. Y sin Él la vida es vana,
es de abrojos un erial;
sin aguas, estéril nube,
y de males manantial.
4. Mas si de Él somos los hijos
por su graciosa adopción,
la herencia de sus bienes
gozaremos en Sion.
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