Este himno se remonta a tiempos muy antiguos y es un himno que bien podemos asociar al pueblo de Israel, no solamente por su contenido, sino también por sus orígenes.
Nos trasladamos al siglo XII con un maestro judío de nombre Maimónides. Éste publicó un escrito con los trece principios de la fe donde, básicamente resumía los preceptos necesarios para ser un buen judío. Un par de siglos más tarde, en el año 1404, el poeta judío Daniel ben Judah puso tomó estos mismos trece principios para componer una poesía de trece estrofas, que también es conocida como el Yigdal.
Ahora dejemos por un momento aquellos personajes judíos de antaño para trasladarnos a un pueblo de Gales llamado Tregynon, donde nació Thomas Olivers, en el año 1725. Cuando tenía cuatro años murieron tanto su padre como su madre, dejando huérfano al pequeño Thomas. No tuvo el privilegio de recibir educación, ni secular ni espiritual, solamente aprendió el oficio de zapatero.
Cuando joven, llegó a ser muy conocido en el pueblo, pero no por su buen comportamiento o sus brillantes virtudes sino más bien por su rebeldía y mala conducta. Se cree que fue a raíz de meterse en problemas que tuvo que abandonar su ciudad natal para mudarse a Bristol, Inglaterra.
Mientras caminaba por las calles de Bristol, miserable y vacío, el joven Thomas escuchó a un hombre predicando en la calle, se trataba de George Whitefield. Se detuvo para escuchar el mensaje que estaba basado en Zacarías 3:2, “¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?” Thomas relata: “Cuando comenzó el sermón, yo era el hombre más solo y pródigo que había; antes que terminara el mensaje ya era una nueva criatura”. Thomas se sintió identificado con aquel versículo. Él mismo se veía destinado a una eternidad de condenación. El peso del pecado atestiguaba en su contra y era una carga de culpabilidad en su corazón. Sin embargo, el mensaje del evangelio fue una luz en este corazón oscuro para encontrar en la obra de Cristo en la cruz la vía de escape y la salvación de este castigo eterno.
La vida de Thomas había cambiado para siempre, y su mayor deseo era llevar las nuevas de salvación a todo rincón del Reino Unido. Junto con el predicador Juan Wesley recorrió muchos lugares predicando el evangelio de la gloria de Cristo. Se relata de haber recorrido más de 160.000 Km a caballo, a lo largo de 25 años, para llevar el evangelio.
Volviendo a la historia de nuestro himno, en el año 1770 Thomas Olivers escuchó en la Gran Sinagoga de Duke, en Londres, a un conocido cantor de la época, Meyer Lyon, cantar el Yigdal judío. Thomas quedó impresionado con aquella presentación y decidió escribir una poesía que se adaptara a esta misma música. Fue así como nació “Al Dios de Abraham load”. Este himno originalmente tiene trece estrofas y casi a cada línea se le puede agregar una cita bíblica, comenzando con aquel nombre con que Dios se reveló a Moisés en la zarza: “Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob” (Éxodo 3:6).
Es nuestro Dios, el único Dios vivo y verdadero, Dios de la eternidad, quien merece adoración, honra y gloria.
Fuente:
101 Hymn stories, por Kenneth W. Osbeck
Then sings my soul, por Robert J. Morgan
The God of Abraham praise: Thomas Oliver, por David Wright, en https://hymnquest.com/resources/bs23/
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Comments 1
Tremendo himno la historia , también me impresiona el testimonio de este hombre de Dios, al igual que otros testimonios, Joseph Activen , Enry Sidney turrul etc.