Después de contemplar la cruz
Después de contemplar la cruz,
mis ídolos dejé;
camino nuevo yo emprendí,
y dicha allí encontré.
Va bien, va bien,
va bien con los salvos, bien.
Lo sé por cierto, es así:
va bien, con los salvos, bien.
De Egipto escapar logré,
a Canaán me voy.
El Salvador mi guía es;
confiado en Él estoy.
Cuando a tentarme Satanás
su sutileza emplea,
confío sólo en el Señor,
y gano la pelea.
En hora de oscuridad
en Dios yo confiaré,
pues su promesa firme está:
«Yo no te dejaré».
Después de terminar la lid
al cielo subiré.
Allí esperando Cristo está,
y en gloria viviré.
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